Glosario de términos

Alegoría: Imagen dinámica producida por el canal asociativo de la conciencia, de características multiplicativas, sumatorias, asociativas, transformadoras. Las alegorías son narraciones expresadas plásticamente, en las que se fija lo diverso o se multiplica por alusión, pero también donde se concreta lo abstracto. Lo alegórico es fuertemente situacional y relata emplazamientos referidos a la mente individual (cuentos, sueños, arte, mística, patología, etc.) o colectiva (cuentos, arte, folclore, mitos, religiones, etc.). En la alegoría el factor emotivo no es dependiente de la representación. El clima forma parte del sistema de ideación y es el que delata el significado para la conciencia, prevaleciendo sobre la imagen cuando ésta no se le corresponde. La alegoría no respeta el tiempo lineal ni la estructuración del espacio propio del estado vigílico.

Alegoría (funciones de la): a) Relata situaciones compensando dificultades de abarcamiento total; b) al apresar situaciones alegóricamente se puede operar sobre aquellas reales de un modo indirecto; c) como sistema de imágenes tiende a trasladar cargas de la conciencia a los centros de respuesta (V.): risa, llanto, acto amoroso, confrontación agresiva, etc., produciendo descargas de tensiones del psiquismo.

Alegórico (leyes asociativas de lo): a) La similitud guía a la mente cuando ésta busca lo parecido a un objeto dado; b) la contigüidad, cuando se orienta hacia lo propio o lo que está, estuvo o estará en contacto con un determinado objeto; c) el contraste, cuando apunta a lo que se opone o está en contradicción con el objeto dado.

Aparatos: Entendemos por tales, a la estructura de los sentidos (V.), la estructura de la memoria y la estructura de la conciencia con sus distintos niveles. Estos aparatos trabajan integradamente y la conexión que hay entre ellos está dada por los impulsos que van sufriendo deformaciones, traducciones y transformaciones, según el ámbito en que participen.

Apercepción: Se llama a. la actividad de conciencia en donde se pone atención a la percepción sensorial. La conciencia actúa sobre los sentidos (V.), para que vayan en una u otra dirección. Así, los sentidos están movidos no sólo por la actividad de los fenómenos que llega hasta ellos sino también por la dirección que imprime la conciencia.

Arrebato: a) Uno de los estados superiores de conciencia (V.), junto a los de “éxtasis” (V.) y “reconocimiento” (V.) b) En el contexto de la Conciencia Inspirada (V.) en la Mística (V.), es un tipo de estado anormal y caso extraordinario de experiencia de lo sagrado. c) Situación mental o modo de estar frente al fenómeno extraordinario, caracterizado por la agitación emotiva y motriz incontrolable, en la que el sujeto se siente transportado, llevado fuera de sí a otros paisajes mentales, a otros tiempos y espacios d) Percepción mística de la realidad acompañada de concomitancias emotivas. Opuesto a los estados histero-epilépticos o de síntomas motores, propios de los niveles crepusculares que se manifiestan en algunas religiones, en sesiones espíritas o en ceremonias de cultos primitivos.

Ascesis: camino de experiencia, en nuestro caso posterior a las Disciplinas, que habilita en la dirección de Lo Trascendental. Es un camino preciso de progreso (de ascenso) en el que los peldaños de esa escalera son registros e indicadores indudables que marcan el estado del proceso en que se encuentra quien pretende seguir subiendo. En este proceso la a. es algo que siempre está presente y que nos liga con el Propósito (permanente u ocasional) que nos hayamos fijado: el Propósito traza la dirección, la a. es el trabajo para alcanzarlo y el Estilo de Vida traduce y plasma dicho trabajo. La a. no es una rutina, no se sabe cada cuanto tiempo se practica, sino que es por inspiración y se realiza por gusto. La a. se va armando en proceso y se va perfeccionando.

Autoliberación: El método de a. desarrollado en el libro del mismo nombre (L.A. Ammann, 1980), es un sistema efectivo que posibilita a cualquier persona que lo siga con seriedad, alcanzar un profundo conocimiento de sí misma, comprendiendo las motivaciones últimas de su conducta y la raíz de sus tensiones y angustias, lo cual facilita una progresiva liberación del sufrimiento.

Banda de flotación: Es una correa que sujeta el cuerpo de manera suave, para ayudar en la flotación al interior de una CSS. El punto de contacto con el cuerpo es en la nalgas o poco más abajo. Se puede recubrir con un material suave como espuma de látex o goma pluma densa. Cada sujeto tiene que tener la posibilidad de regular la tensión de la banda y encontrar su punto de equilibrio. En cuanto al estímulo que deriva de su uso, este es mínimo y al ser constante, su percepción se hace decreciente y desaparece. Esta solución técnica de utilizar la banda de flotación en lugar de saturar el agua con sal Epsom (como sugiere J. Lilly) ha sido una gran ayuda para la instalación y las operaciones, permitiendo trabajar perfectamente.

Bardo: palabra de origen tibetano que significa literalmente “estado intermedio”, también traducido como “estado de transición”. En Sánscrito el concepto se llama “antarabhāva”

Cámara de Supresión Sensorial (CSS): Es una instalación en la que se producen, regulan y monitorean condiciones ambientales controladas de supresión de estímulos de sentidos externos (y no de sentidos internos) (V.) para su experimentación por parte de un sujeto a los fines de una determinada investigación. Por la ausencia de todo sonido y por el “silencio” de toda información sensorial externa se la conoce también como Cámara de Silencio (CS). Algunos autores e investigadores, como John Lilly por ejemplo, se refieren a ella como “tanque de flotación”.

Cenestesia: En los sentidos internos (V.), el cenestésico proporciona la información del intracuerpo. Hay quimioceptores, termoceptores, baroceptores y otros; también la detección del dolor juega un papel importante. El trabajo de las distintas funciones internas es detectado cenestésicamente, como así también los distintos niveles de trabajo de la conciencia.

Centros de respuesta: síntesis conceptual que se refiere a un mecanismo del psiquismo que da respuesta al mundo de la sensación. La respuesta es la manifestación hacia el medio externo y/o interno de la actividad del centro. Podemos diferenciar centros de respuesta por su actividad o función con que cumplen: vegetativo, sexual, motriz, emotivo e intelectual.

Centro luminoso: En el Capítulo XI, El centro luminoso, de La Mirada Interna en su libro Humanizar la Tierra, Silo dice:

El día noveno:

1. En la Fuerza estaba la ‘luz’ que provenía de un ‘centro’.

2. En la disolución de la energía había un alejamiento del centro y en su unificación y evolución, un correspondiente funcionamiento del centro luminoso.

No me extrañó encontrar en antiguos pueblos la devoción por el dios-Sol y vi que si algunos adoraron al astro porque daba vida a su tierra y a la naturaleza, otros advirtieron en ese cuerpo majestuoso el símbolo de una realidad mayor.

Hubo quienes fueron más lejos aún y recibieron de ese centro incontables dones que a veces “descendieron” como lenguas de fuego sobre los inspirados, a veces como esferas luminosas, a veces como zarzas ardientes que se presentaron ante el temeroso creyente.

Conciencia: Es el “aparato” registrador y coordinador del psiquismo humano. Aparato que coordina y estructura las sensaciones, las imágenes (V.) y los recuerdos del psiquismo. Entendemos a la c. como el sistema de coordinación y registro (V.) que efectúa el psiquismo humano. A veces hablamos de c., a veces de “coordinador” y a veces de “registrador”. Aun tratándose de la misma entidad, está cumpliendo con funciones distintas, pero no se trata de entidades diferentes. La c. es una estructura evolutiva intencional que tiene distintos niveles de trabajo (V. niveles de conciencia). La c. frente al mundo tiende a compensarlo estructuradamente mediante un complejo sistema de respuestas.

Conciencia (niveles de): La conciencia puede encontrarse sumida en pleno sueño, en semisueño, o en vigilia, pero también en momentos intermedios o de transición. Hay gradaciones entre los n.d.c. y no diferencias tajantes. Hablar de niveles, es hablar de diferentes operaciones y del registro de esas operaciones. Es gracias a ese registro que puede distinguirse entre distintos n.d.c. y no se puede tener registro de ellos como si fueran ámbitos vacíos.

Conciencia de sí: A veces también llamada “vigilia verdadera” o “estado de despierto”. Nivel de conciencia que se logra cuando a la simple percepción se la capta simultáneamente con la sensación de “uno mismo”. La c.d.s. no es idéntica a la apercepción (conciencia de la percepción) o la introspección, que es un procedimiento de estudio de las vivencias internas. No corresponde tampoco a la reflexión fenomenológica. Lo típico de la c.d.s. es la sensación de relación entre lo que se percibe y quien lo percibe, en este caso, el Yo de ese momento.

Conciencia inspirada: a) Comportamiento no habitual, pero no patológico. Implica una manera de estar en el mundo, una posición diferente de experimentar y hacer. b) Estructura global de conciencia, capaz de lograr intuiciones inmediatas de la realidad. Por otra parte, es apta para organizar conjuntos de experiencias y para priorizar expresiones que se suelen transmitir a través de la Filosofía, la Ciencia, el Arte y la Mística. c) La c.i. es más que un estado de conciencia, es una estructura global que pasa por diferentes estados y que se puede manifestar en distintos niveles. Perturba el funcionamiento de la conciencia habitual y rompe la mecánica de los niveles.

Conciencia separada: hace referencia a la experimentación de un Centro hacia el cual se orientan todas las búsquedas místicas. Se la reconoce como la Ciudad Escondida y el registro es que existe por su propia naturaleza.

Copresencia: La atención es una aptitud de la conciencia que permite observar los fenómenos internos y externos. Así, cuando un estímulo supera el umbral despierta el interés de la conciencia quedando en un campo central de presencia al cual se dirige la atención. Sucede lo mismo cuando la conciencia es la que se dirige a un determinado estímulo o dato por propio interés. Cuando la atención trabaja, hay objetos que aparecen como centrales y objetos que quedan en la periferia, de modo co-presente. Esta presencia y co-presencia atencional, se da tanto con los objetos externos como internos. Al atender a un objeto se hace presente un aspecto evidente y lo no evidente queda de manera co-presente.

Cúspide: En la Disciplina Energética se hace referencia a la c. como un registro que se va creando por acumulación energética en el interior y centro de la cabeza, donde se concentra la luminosidad.

Disciplinas: Las d. son parte de los trabajos de Escuela, y llevan al operador en la dirección de los espacios profundos. Nuestras d. son cuatro y trabajan con la manipulación de objetos materiales externos (V. d.material), con la energía psicofísica (V. d.energética), con los objetos mentales (V. d.mental) y con las formas mentales (V. d.morfológica). Queda claro que esas d. no agotan otras posibles vías. Las d. trabajan con rutinas que se repiten en cada momento de proceso (paso), hasta que el operador obtiene el registro indicado. Todo el proceso está convencionalmente organizado en doce pasos separados en tres cuaternas. Así como cada paso tiene una designación que aproxima a la idea del registro buscado, cada cuaterna señala un significativo cambio de etapa. Concluido el proceso disciplinario se está en condiciones de organizar una Ascesis (V.) despegada de pasos, cuaternas y rutinas.

Disciplina energética: La d.e. trabaja con la energía psicofísica. La d.e. busca sus raíces en el Asia Menor desde donde el orfismo y el dionisismo se propagaron hacia Creta y Grecia sufriendo importantes modificaciones hasta que fueron abolidos por el Cristianismo triunfante. También en algunas líneas shivaítas y del tantrismo, se pueden rescatar fragmentos de una experiencia extraordinariamente rica.

Disciplina morfológica: También llamada “disciplina formal”. La d.m. trabaja con las formas mentales. La d.m. reconoce antecedentes significativos en algunas corrientes de pensamiento pre-ático que florecieron bajo las influencias orientales de Egipto, Asia Menor y Mesopotamia, tal el caso de la Escuela Pitagórica.

Disciplina material: La d.m. trabaja con los distintos actos mentales que se refieren a objetos mentales. La d.m. se basa en los trabajos de taoístas y budistas chinos, así como de babilonios, alejandrinos, bizantinos, árabes y occidentales. A ese conjunto de trabajos en su continua transformación y deformación se lo conoció con el nombre de “Alquimia”. Hacia fines del S. XVIII, la Alquimia había declinado irremediablemente, pasando muchos de sus descubrimientos, procedimientos e instrumental, a manos de la Química naciente.

Disciplina mental: La d.m. trabaja con los distintos actos mentales que se refieren a objetos mentales.La d.m. encuentra en el budismo su mayor fuente de conocimiento. Para favorecer las distinciones entre actos y objetos mentales apela al lenguaje riguroso de alguna corriente filosófica contemporánea.

Doble: Suerte de “doble cuerpo” que corresponde a la representación cenestésica del propio cuerpo en el interior del espacio de representación.

Energía del doble: Energía cohesora de tipo psico-físico que constituye el Doble (V.) correspondiente a la energía vital de cada ser viviente. En los seres humanos, en situaciones particulares, esta energía en movimiento puede hacerse “independiente” del cuerpo mientras mantiene su unidad. La energía desdoblada (es decir: imaginada como “afuera” del cuerpo o “separada” de su base material), se disuelve como imagen o se representa correctamente dependiendo de la unidad interna que tiene quien opera así. Es en base a la energía del doble que se puede formar el “espíritu”(V.).

Energía psicofísica: Sinónimo de energía nerviosa, que circula por el cuerpo.

Espacio de representación: Especie de “pantalla mental” en la que se proyectan las imágenes, formada a partir de los estímulos sensoriales, de memoria y de la actividad misma de la conciencia como imaginación. En sí mismo y además de servir de pantalla de proyección, está formada por el conjunto de representaciones internas del propio sentido cenestésico, por lo que corresponde exactamente a las señales del cuerpo y se lo registra como la sumatoria de ellas, como una especie de “segundo cuerpo” de representación interna. El espacio de representación tiene gradaciones y además volumen y profundidad, siendo ésto precisamente lo que permite ubicar, según el emplazamiento de la imagen, si los fenómenos han partido del mundo interno o externo produciéndose, a veces, la ilusión de que la representación es externa al espacio de representación (siempre interno). A medida que se desciende de nivel de conciencia, aumenta en dimensión, profundidad y volumen, coincidentemente con el aumento del registro del intracuerpo y, a medida que se asciende a vigilia, tiende a aplanarse tomando distintas características según los niveles actuantes.

Espacio de representación (función del): Esta representación interna del espacio mental que corresponde a las traducciones visuales de las sensaciones del cuerpo, es la que permite la conexión entre las producciones de la conciencia y el cuerpo mismo. Esta intermediación es necesaria para que el cuerpo funcione en alguna dirección, ya que cuando algún sistema de impulsos llega a él (desde sentidos (V.), memoria o imaginación), es convertido en imagen en él y colocada en alguna franja y profundidad al igual que cuando esa imagen se traduce en algún punto y profundidad para efectuar actividad sobre los centros (V.), variando el centro actuante según el lugar y profundidad del emplazamiento.

Espacio-tiempo: El horizonte en el que se experimenta la estructura acto-objeto de la conciencia humana. El registro de cualquier fenómeno se experimenta en la tridimensionalidad del “espacio de representación” (V.) y como fluir de la conciencia, donde la aparente “fijeza” del instante presente permite ir hacia “atrás” de los fenómenos que ya no son, o hacia “adelante” de los fenómenos que todavía no son. A diferencia de lo que ocurre en el transcurrir del mundo físico, los hechos de conciencia no respetan la sucesión cronológica sino que regresan, perduran, se actualizan, se modifican y se futurizan, alterando al instante presente. Así, las leyes que se cumplen en la espacio-temporalidad del mundo físico sufren un desvío considerable en los objetos y los actos mentales.

Espíritu: “Centro de energía” formado por un sistema de fuerzas centrípetas dentro del campo de energía del Doble (V.). Este sistema de fuerzas depende de los actos realizados en la vida, que tendrán el signo de la coherencia entre el sentimiento, el pensamiento y la acción consciente; actos impulsados por la sincera necesidad de evolución, la bondad, la superación de las contradicciones internas. El amor y la compasión hacen posible la cohesión interna y aquella entre los distintos seres, y esto permite la posibilidad de transmitir el espíritu de unos a otros.

Espiritualidad: a) Expresión y práctica del sentimiento religioso. b) La e. admite una gran diversidad de formas como expresiones posibles del sentimiento religioso, según la particular traducción que los individuos hagan de éste. Aparte de las clasificaciones que pudieran esbozarse, se consideran de especial importancia el signo y la dirección de tales formas de e. (por ejemplo, constructivas, destructivas, intolerantes, soberbias, compasivas, inclusivas, etc.).

Estilo de vida: Se refiere al tipo de vida que se lleva desde que se termina la Disciplina (V.) y se ha ido formando al ir profundizando sus pasos. Desde esta perspectiva, en la Ascesis no se entra al e.d.v. como una cosa nueva, sino que ahora se lo tiene en cuenta como organizador de la vida, poniendo el centro en el acceso a Lo Profundo (V.) y en las actividades relacionadas con ello.

Evocación: Acción intencional de la conciencia sobre la memoria, buscando datos ya grabados en una determinada franja de recuerdos estructurados en base a los estados de grabación o climas de grabación. (V. Reversibilidad). En la evocación aparece el dato buscado y además, en estructura, el resto de los datos referidos a él; así, datos de los demás sentidos (V.) que estaban actuando en el momento de la grabación y datos referidos al nivel de trabajo o estado de la estructura en el momento de la grabación (climas, tonos afectivos, emociones).

Éxtasis: a) Estado superior de conciencia, que se expresa ocasionalmente. Los estados de éxtasis suelen estar acompañados por suaves concomitancias motrices y por una cierta agitación general (V. arrebato / V. reconocimiento). b) Caso extraordinario de experiencia de lo sagrado, o sea, situaciones mentales en que el sujeto queda absorto, deslumbrado dentro de sí y suspendido.

Imagen: Llamamos imagen a la representación estructurada y formalizada por la conciencia de sensaciones o percepciones que provienen o han provenido (memoria) del medio externo o interno, por vía sensorial. Hay, por ello, imagen visual, táctil, olfativa, auditiva, gustativa, cenestésica y kinestésica. La imagen integra el sistema de transformación de impulsos tal que, llegando un impulso a la conciencia, se convierte en imagen. Esta imagen, a su vez, es el conjunto de impulsos que la conciencia envía hacia los centros (V.) para movilizar respuestas.

Imagen (función de la.): a) Movilizar centros de respuestas (V.) para alejar o acercar a la estructura psicofísica los estímulos, según sean dolorosos o placenteros. b) En el caso de la memoria, en la medida en que ésta entrega datos placenteros o dolorosos, moviliza también a la imaginación y ella activa a la estructura en una u otra dirección.

Impulso: Decimos de las señales llegadas a conciencia desde aparatos de sentidos (V.) o de memoria (V.), y que son traducidas por ésta a imágenes (V.) al ser trabajadas por las vías abstractivas o asociativas. Estos impulsos sufren numerosas traducciones y transformaciones, aún antes de ser formalizados como imágenes.

Impulsos (traducción de): Los casos de t.d.i. son tres: deformación, ausencia y traducción. Los sentidos (V.) registran y traducen los distintos estímulos (provenientes de los medios interno y externo al cuerpo, según se trate de sentidos internos o externos) a un mismo sistema de impulso homogéneo. El estímulo se va a convertir en forma, es decir, el estímulo se va a convertir en imagen (V.) cuando la conciencia lo estructure desde su nivel de trabajo. Así, un mismo estímulo se traducirá en formas distintas, en imágenes distintas. Específicamente, lo que estaba articulado de un modo en la imagen en el espacio de representación, comienza a tomar otras configuraciones por asociación, como si esa imagen cobrase vida y dinámica propia.

Intencionalidad: Mecanismo fundamental de la conciencia, mediante el cual ésta mantiene su estructuralidad al ligar actos con objetos. Esta ligazón no es permanente y ello es lo que permite la dinámica de la conciencia, al existir actos en busca de objetos. Esta intencionalidad siempre está lanzada hacia el futuro, lo que se registra como tensión de búsqueda, aun cuando trabaja revirtiendo sobre acontecimientos pasados.

Introyección: acá se refiere a “internalización de la energía”

Kinestesia: El sentido kinestésico suministra datos del movimiento y de la postura corporal, del equilibrio y desequilibrio físico.

La Escuela: a) En el contexto más amplio de la tradición mística, transmite la experiencia trascendental a través de enseñanzas orientadas a la evolución del ser humano. b) En un sentido más cercano y refiriéndonos a la experiencia de los autores de este libro, se trata de un conjunto de Maestros, de diferentes lugares del mundo, miembros de la Escuela formada por Silo.

Lo Profundo (del espacio de representación): a) También llamado “sí mismo” en alguna corriente psicológica contemporánea. b) No es exactamente un contenido de conciencia. Es más bien un estado. c) Es un nivel de internalización de la conciencia en el espacio de representación (V.). En esta internalización irrumpe aquello que siempre está escondido, cubierto por el “ruido” de la conciencia. Es en l.p. donde se encuentran las experiencias de los espacios y de los tiempos sagrados. d) En otras palabras, en l.p. se encuentra la raíz de toda mística (V.) y de todo sentimiento religioso (V.).

Memoria: Función del psiquismo reguladora de tiempos y almacenadora de registros o sensaciones provocadas por estímulos externos o internos, que se codifican según el estado de la estructura. Toda nueva sensación es cotejada con aquellas anteriores. A veces las sensaciones almacenadas son proyectadas a un tiempo no actual, futuro. De ambas operaciones (actualización o recuerdo y proyección o imaginación) se tiene sensación. Opera estructuralmente con los sentidos (V.), el aparato de registro (V.) y el nivel de trabajo del psiquismo.

Memoria (errores de la): a) Falso reconocimiento. Un dato nuevo es relacionado incorrectamente con uno anterior; o un objeto que se reconoce suscita una situación que no se ha vivido pero que parece haberse vivido (par-amnesia). b) En el recuerdo equívoco se suplanta un dato por otro que no aparece en memoria. c) Amnesia: se registra como imposibilidad de evocar datos o secuencias de datos. Existen diversos tipos de amnesias. d) Cuando recuerdos contiguos se ubican como centrales. e) Hipermnesia: ampliación anormal de la memoria, generalmente con sustitución de datos recientes.

Memoria (franjas de la): Diferenciamos tres franjas: a) antigua, que es un sustrato o base formado por las primeras grabaciones (tonos afectivos o registros internos de las operaciones que acompañaron al dato que llegó por vía sensorial) y sobre la cual se va estructurando todo el sistema de relaciones posteriores; b) mediata, constituida por las grabaciones que se siguen registrando a lo largo de la vida y c) inmediata, referida a datos con los que va a trabajarse cotidianamente ordenándolos y clasificándolos. Por la existencia de estas franjas, la conciencia puede ubicarse en el tiempo y el espacio ya que el espacio mental está vinculado a los tiempos de conciencia, tiempos que son suministrados por fenómenos que provienen de memoria. Si así no fuera, la conciencia perdería su estructuralidad y el Yo registraría su desintegración. Hay también un tipo de memoria situacional en la que el objeto se graba por sus contextos y se lo evoca ubicando previamente a éstos.

Memoria (grabación en la): Esta se efectúa estructuralmente con datos provenientes de los sentidos (V.), con los datos que se tienen de la actividad de la conciencia (V.), los datos del nivel de trabajo de la estructura (V.), más los datos sobre el funcionamiento de los centros (V.). Se graba mejor según: a) la fuerza del estímulo; b) la entrada simultánea del dato por varios sentidos (V.); c) cuando un mismo dato sobre un fenómeno es presentado de diversas maneras; d) por repetición; e) en contexto; f) por neta falta de contexto; g) por ausencia de fondo de ruido ó mayor fluidez de la señal; h) en ausencia de estímulos, el primero que aparece se graba fuertemente; i) si memoria no está entregando información a conciencia; j) cuando no hay saturación por reiteración o bloqueo; k) la conciencia pone atención al dato (apercepción).

Mente: Usada habitualmente e indistintamente, como sinónimo de conciencia o psiquismo. En referencia a la Experiencia Trascendental, de un modo muy amplio se llama m. a ese “sí mismo”, que no se lo confunde con las operaciones de la conciencia, ni con ella misma. Pretender apresar a la m. como si fuera un fenómeno más de la conciencia, no es posible puesto que aquella no admite representación ni comprensión. En consecuencia, la m. trasciende la conciencia ligada al Yo y a los espacios y tiempos de percepción y representación.

Mística: Cuando hablamos de m. en general estamos considerando fenómenos psíquicos de experiencia de lo sagrado en sus diversas profundidades y expresiones. Es en la m. especialmente donde la búsqueda de fenómenos deseados de Conciencia Inspirada (V.) ha hecho surgir prácticas y sistemas psicológicos que han tenido y tienen disparejo nivel de desarrollo. La m. está animada de un fuerte sentimiento religioso encaminado a la trascendencia aun cuando la idea o la creencia acerca de un dios, dioses o divinidades no aparezcan definidas en ese contexto.

Muerte: Es considerada como un hecho que moviliza fuertes registros instintivos y vinculados por ello a la actividad de los bajos niveles de conciencia, su consideración está relacionada: a) con la dificultad sicológica resultante del problema de la representación y registro de uno mismo como muerto o sin registro y b) del temor al dolor, al proyectarse imaginariamente la actividad de registro más allá de la muerte y referido a la forma en que son tratados los restos mortales. Así en los dos casos mencionados, al suponerse que los registros no cesan con la muerte, se genera un sistema de imágenes ilusorias que ocasionan dolor y sufrimiento. En algunos casos, la idea de relajación o desposesión definitiva como pérdida total de los registros de tensión y, consecuente desintegración del Yo, generan el deseo de permanencia. Siempre, en estos casos encontramos a la posesión en la base del problema, igual que en los casos de la consideración de la muerte de los otros.

Nivelación: Se llamó así a los trabajos previos al desarrollo de las Disciplinas que se inician con las técnicas explicadas en Autoliberación (Luis A. Ammann, 1980): distensión, psicofísica, auto-conocimiento y operativa y se complementan con el estudio de los textos del libro Apuntes de psicología (Silo, 2006). Ello permite homogeneizar lenguaje, experiencias y comprensiones, para avanzar luego en alguna de las Disciplinas (V.).

Operativa: La o. es el conjunto de prácticas de catarsis, transferencia y auto-transferencia que pueden modificar, convertir o reorientar el comportamiento. Su objetivo práctico inmediato es la normalización de la conciencia y particularmente de la vigilia mediante la superación del sufrimiento, al comprender la mecánica ilusoria del mismo, para lo cual es necesario hacer cesar, aunque sea provisoriamente, los registros dolorosos. En el contexto de este escrito la o. sirve para superar dificultades para la práctica de las Disciplinas (V.), para perfeccionar la Ascesis (V.) y el Estilo de Vida (V.).

Paisaje de formación: Llamamos así al conjunto de grabaciones que configuran el substrato biográfico sobre el que van sedimentando hábitos, sensibilidades y rasgos básicos de personalidad. La formación de ese paisaje comienza en el nacimiento. Las grabaciones estructuradas básicas comprometen no sólo a un sistema de recuerdos sino a tonos afectivos, a una forma característica de pensar, una manera típica de actuar y, en definitiva, a un modo de experimentar el mundo y de comportarse en él. La estructuración que progresivamente vamos haciendo del mundo que nos rodea está fuertemente influida por esa base de recuerdos que comprendió objetos tangibles, pero también intangibles como valores, motivaciones sociales y relaciones interpersonales. Podemos considerar a nuestra infancia como la etapa vital en la que el p.d.f. se articuló plenamente.

Propósito: Desde un cierto punto de vista, el p. es una imagen trazadora que es síntesis de Sentido, significado e intencionalidad, que da dirección al proceso de Ascesis sin ocupar el foco atencional, operando desde copresencia. Debe ser grabado con suficiente carga afectiva como para operar copresentemente mientras la atención está ocupada en la suspensión del Yo y en los pasos posteriores. La preparación del p. condiciona todo el trabajo posterior.

Proyección: En el capítulo XIV, Proyección de la Fuerza de La Mirada Interna, en su libro Humanizar la Tierra, Silo dice:

1. Si has experimentado el pasaje de la Fuerza podrás comprender cómo, basándose en fenómenos similares pero sin ninguna comprensión, distintos pueblos pusieron en marcha ritos y cultos que luego se multiplicaron sin cesar. Por medio de experiencias del tipo ya comentado, muchas personas sintieron a sus cuerpos “desdoblados”. La experiencia de la Fuerza les dio la sensación de que a esta energía podían proyectarla fuera de sí.

2. La Fuerza fue “proyectada” a otros y también a objetos particularmente “aptos” para recibirla y conservarla. Confío en que no te será difícil entender la función con que cumplieron ciertos sacramentos en distintas religiones e, igualmente, el significado de lugares sagrados y de sacerdotes supuestamente “cargados” con la Fuerza. Cuando algunos objetos fueron adorados con fe en los templos y se los rodeó de ceremonia y rito, seguramente “devolvieron” a los creyentes la energía acumulada por oración repetida. Es una limitación al conocimiento del hecho humano, el que casi siempre se haya visto estas cosas por la explicación externa según cultura, espacio, historia y tradición, cuando la experiencia interna básica es un dato esencial para entender todo esto.

3. Este “proyectar”, “cargar” y “restituir” la Fuerza, volverá a ocuparnos más adelante. Pero desde ya te digo que el mismo mecanismo sigue operando aún en sociedades desacralizadas donde los líderes y los hombres de prestigio están nimbados de una especial representación para aquél que los ve y quisiera hasta “tocarlos”, o apoderarse de un fragmento de sus ropas, o de sus utensilios.

4. Porque toda representación de lo “alto” va desde el ojo hacia arriba de la línea normal de la mirada. Y “altas” son las personalidades que “poseen” la bondad, la sabiduría y la fuerza. Y en lo “alto” están las jerarquías y los poderes y las banderas y el Estado. Y nosotros, comunes mortales, debemos “ascender” en la escala social y acercarnos al poder a todo coste. Qué mal estamos, manejados aún por esos mecanismos que coinciden con la representación interna, con nuestra cabeza en lo “alto” y nuestros pies pegados a la tierra. Qué mal estamos, cuando se cree en esas cosas (y se cree porque tienen su “realidad” en la representación interna). Qué mal estamos, cuando nuestra mirada externa no es sino proyección ignorada de la interna.

Psiquismo: Sistema integrado e interregulado dinámicamente de sentidos (V.), memoria (V.), coordinador (V.), niveles (V. niveles de conciencia) y centros (V.).

Psiquismo (interregulación del): Cuando una función o factor se modifica varían también todos los demás ya que todos actúan estructuralmente. Por ejemplo, la apercepción inhibe la evocación y esta inhibe la percepción. Al funcionar sentidos externos se frena la entrada de estímulos internos y a la inversa. Al descender al sueño se bloquean mecanismos de reversibilidad y se sueltan los de asociación, al funcionar los críticos se inhiben los asociativos ascendiendo a vigilia. Incluso entre los mismos sentidos externos, cuando se amplía el umbral visual, disminuyen el tacto, olfato, oído, etc.

Reconocimiento: a) Estado superior de conciencia, que se expresa ocasionalmente caracterizado como fenómenos intelectuales, de comprensión súbita de situaciones complejas y de resolución instantánea de problemas (V. éxtasis / V. arrebato). b) Caso extraordinario de experiencia de lo sagrado, en el sentido que el sujeto cree, en un instante, “comprenderlo todo”; cree no tener diferencias entre lo que él es y lo que es el mundo, como si el Yo hubiera desaparecido.

Registro: Experiencia de la sensación producida por estímulos detectados por sentidos externos o internos, incluyendo recuerdos e imágenes.

Relax: Técnica destinada a aflojar la musculatura externa e interna. Pedagógicamente y para su práctica, se diferencia un relax externo, un relax interno y un relax mental. Su utilidad es la de bajar tensiones, descansar para normalizar en general el estado vigílico y para permitir entrar a trabajos catárticos y transferenciales. Es condición para la práctica de Ascesis. Requiere de ejercicios previos para caer en cuenta de los sistemas innecesarios de tensiones que se desarrollan acompañando la tensión puntual y para producir la disociación de tales sistemas.

Reminiscencia: a) Átomo teórico de memoria. Lo registrable es que en memoria se reciben, procesan y ordenan los datos sensoriales, más el estado general de la estructura que percibe. Por consiguiente, no se recuerdan elementos aislados de contextos mnémicos. b) Recuerdo de algo casi olvidado. La teoría de la reminiscencia asociada principalmente a Platón, es una teoría del conocimiento según la cual conocer es recordar. c) Rescate de significados asociados a registros cenestésicos sutiles experimentados en situación de suspensión o supresión del Yo, que se da en sueños o llega a conciencia de modo inesperado.

Restología: Neologismo acuñado por el grupo de experimentadores de Ascesis en CSS para sintetizar ese “mundo de significados” que puede ser rescatado de la memoria (V.) como también de los sentidos (V.), especialmente de la cenestesia (V.), después de las experiencias en la CSS. Mundo de significados compuesto básicamente por “registros puros”, elementos a veces recuperables a través de intuiciones, imágenes (V.), también en diferentes niveles de vigilia, semisueño o de sueño y que tal vez pueden ser procesados en “abstracciones” sintetizadoras, que trazan suertes de “pasos” con los que recuperar la experiencia.

Resistencias: dificultades, impedimentos.

Sentido: a) Según el caso, el s. es el valor, significado, dirección, o interpretación que se atribuye a algo (acción, vida, experiencia, fenómeno, situaciones, futuro, etc.). b) El s. se registra como unidad interna, mientras que la falta de s. se registra como contradicción. c) El s. o falta de s. de la vida guardan relación directa con la posición con respecto a la posibilidad de continuidad después de la muerte (V.).

Sentidos: Aparatos o funciones del psiquismo que registran estímulos provenientes de los medios interno y externo al cuerpo, según se trate de sentidos internos o externos. Los sentidos operan simultáneamente, en dinámica y relación estructural entre sí y con los aparatos de memoria y registros. a) Sentidos externos: entregan información del medio externo. Ellos son: vista, oído, olfato, gusto y tacto externo b) Sentidos internos: entregan registros del intracuerpo, permitiendo así obtener indicadores de los estados internos, actividades mentales, niveles y estados de conciencia, trabajo de los centros (V.), etc. Por lo tanto, son de fundamental importancia para nuestros trabajos. En los sentidos internos, el cenestésico proporciona la información del intracuerpo; hay quimioceptores, termoceptores, baroceptores y otros; también la detección del dolor juega un papel importante. El sentido kinestésico suministra datos del movimiento y de la postura corporal, del equilibrio y desequilibrio físico.

Sentimiento religioso: a) Asociado con la religiosidad o la espiritualidad y no necesariamente asociado a la práctica de una religión (con su iglesia, culto, teología, etc.). Puede o no ser expresado con una liturgia, libros sagrados, procedimientos, etc. b) Subjetivamente puede registrarse la existencia del s.r., independientemente de que tal sentimiento esté referido a una divinidad o no.

Supresión sensorial externa: intento de eliminar los estímulos provenientes de los sentidos de la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto durante un período de tiempo.

Trance: Estado, y técnica de búsqueda de inspiración mística, que encontramos en las formas más antiguas de la magia y la religión.

Vacío: En la práctica de Ascesis, situación mental que sucede a la profundización de la suspensión del Yo (V.) caracterizada por la ausencia de toda representación o registro de sensaciones internas. La conciencia está en condiciones de encontrarse sin la presencia del Yo, en una suerte de v. En tal situación, es experimentable una actividad mental muy diferente a la habitual. En definitiva, no puede, ni debe, haber registro de esa situación mental. Nada se puede decir de ese v. y desde él se regresa a la situación mental de suspensión del Yo o a la vigilia habitual, que se produce por los impulsos que delatan la posición y las incomodidades del cuerpo.

Yo: El registro de la propia identidad está dado por los datos de sentidos y de memoria más una peculiar configuración que otorga a la conciencia la ilusión de permanencia, no obstante los continuos cambios que en ella se verifican. En la constitución del Y. intervienen no solamente la memoria, la percepción y la representación, sino la posición de la atención en el espacio de representación. Esa configuración ilusoria de identidad y permanencia es el Y. Se trata de una independización ilusoria de la coordinación en que se imbrican los registros del trascurrir y la posición de los fenómenos mentales. De allí resulta que el Y. es una gran ilusión de la conciencia, un epifenómeno de la actividad de la misma.

Yo (suspensión del): Estado o situación mental que habilita un caso de estado de conciencia alterada y que es previa a la de “vacío” y a la de “supresión del Yo” (V.). La s.d.y. se logra únicamente por caminos indirectos, desplazando progresivamente al Yo de su ubicación central de objeto de meditación. La entrada a los estados profundos ocurre desde la s.d.y. Ya desde esa s.d.y., se producen registros significativos de “conciencia lúcida” y comprensión de las propias limitaciones mentales, lo que constituye un gran avance. El estado de s.d.y. puede profundizarse hasta que desaparezcan las referencias espaciales y temporales.

Yo (supresión del): Silo realiza la siguiente descripciòn en Psicología IV, en su libro Apuntes de psicología: “…es posible llegar a la situación mental de supresión del yo, no en la vida cotidiana, pero si en determinadas condiciones que parten de la suspensión del yo…” y aclara más adelante sobre este estado de s.d.y: “…Continuar en la profundización de la suspensión hasta lograr el registro de «vacío», significa que nada debe aparecer como representación, ni como registro de sensaciones internas. No puede, ni debe, haber registro de esa situación mental.”